El Poder de tu Voz

¿Sientes que tienes mucho que decir, pero a veces tu voz se pierde en el ruido o con las voces de los demás? Las personas a menudo tienen opiniones fuertes sobre ciertos temas pero se sienten intimidadas o sin esperanza para expresar esas opiniones, especialmente si creen que su propia voz no marcará la diferencia, cuando la realidad es que su voz podría ser la que lo cambie todo.

Así como los filósofos alguna vez desafiaron lo convencional de su época, y los revolucionarios comenzaron a compartir su mensaje a una pequeña audiencia antes de que tuvieran algún impacto, el hilo común entre todos los líderes es su valentía de compartir sus pensamientos y defender lo que creen usando su voz.

Si bien es cierto que podemos tener diferentes roles en diferentes situaciones de nuestras vidas (por ejemplo, podemos ser los que tomamos las decisiones en nuestro círculo familiar y ser menos involucrados cuando estamos en el trabajo) eso no define quiénes somos. Construir nuestra voz, ser capaces de perfeccionarla y usarla para crear un cambio positivo en nuestra vida y en la de los demás, es el ejercicio más poderoso que debemos completar. A continuación, compartimos algunos consejos #BuenaGente sobre cómo definir su voz y cómo usarla de una manera efectiva y poderosa.

¿Conoces tu propia voz?

En el proceso de crear y definir quiénes somos, encontramos encrucijadas interesantes que presentan la oportunidad de crear una opinión y decidir cuánto nos interesa algo: ¿vale la pena involucrarse? ¿Soy un apasionado de este tema y por qué? La parte más importante de la creación de nuestra voz es ser consecuentes y reales sobre lo que defendemos. En la búsqueda de hacerlo, le recomendamos que constantemente se haga las siguientes preguntas:

- ¿Es sincero y honesto lo que digo? ¿Realmente refleja quién quiero ser y en lo que creo?

- ¿Estoy juzgando a los demás o estoy siendo compasivo? ¿Me he puesto en el lugar del otro y, después de hacerlo, sigo creyendo en lo que defiendo?

- ¿Soy consistente con lo que estoy expresando y defendiendo? ¿He cambiado de opinión? Está bien hacerlo. Lo que debemos evitar es discutir por el bien de discutir, especialmente si no estamos convencidos de lo que estamos defendiendo.

- ¿Me he educado lo suficiente al respecto o he tenido alguna experiencia que me pueda orientar hacia el desarrollo de una opinión inteligente? ¿O está mi opinión basada en mis propias experiencias personales (no relacionadas) sin mucho conocimiento de lo que estoy hablando?

- ¿He elegido las palabras correctas? Nuestro lenguaje es poderoso, y el uso de un vocabulario derogatorio y ofensivo en el calor del momento, no solo crea una impresión terrible, sino que también debilita nuestra discusión.

- ¿Escucho atentamente? Al crear nuestra voz, debemos escuchar proactivamente. Una conversación no es solo sobre lo que tenemos que decir, se trata principalmente de poder escuchar y responder.

Elementos para desarrollar una voz poderosa.

En un sentido más práctico, saber cómo usar nuestra voz real es importante cuando consideramos el impacto que podemos generar con ella. Considera los siguientes elementos:

Volumen: si hablamos muy bajo, podemos proyectar inseguridad o ignorancia, y si hablamos en voz muy alta, podemos sonar agresivo y abrasivo. El volumen ideal debe ser conversatorio, especialmente cuando se trata de situaciones de confrontación. Permanece tranquilo y recogido y tu voz será la voz de la razón.

Velocidad: ¿hablamos tan rápido que constantemente nos piden que nos repitamos? ¿O nos interrumpen continuamente por hablar demasiado despacio? Un ejercicio excelente es grabarse leyendo algo de interés: al escuchar, sabremos cómo ajustar el tiempo para procesar los pensamientos, alargar las vocales o cortar oraciones.
 
Tono: ¿Por qué algunos mensajes o instrucciones son capturados en nuestras mentes más rápido que otros? El tono que integramos a lo que decimos permite claridad al mensaje. Un buen ejercicio es poner un lápiz entre los dientes, paralelo a los labios, y repetir nuestro nombre 10 veces. Inmediatamente mejoramos nuestro tono, y si integramos el movimiento suave de las manos, mejoramos el ritmo.

Estrés: Cuán relajados estamos, también tiene un efecto significativo en nuestra voz. La tensión se refleja en la garganta y de repente parecemos asustados o como un "robot". Una solución; Respire de 10 a 15 veces en pequeñas cantidades para liberar la tensión de la voz.

Al centrarnos en nuestra voz, nos aseguramos de que reflejemos lo que queremos y necesitamos, contribuyendo directamente al éxito personal y profesional. Desarrolla tu voz y celebra los resultados.