El Valor Incalculable de la Retroalimentación​​​​​​​

Cuando un ser querido esta pasando por una situación difícil o complicada, a menudo sentimos la necesidad de compartir nuestras opiniones, consejos o retroalimentación; incluso cuando la persona recibiendo el consejo no lo ha pedido. Sin embargo, si usted es el que atraviesa una situación difícil, recibir esta información puede ser que cambie su perspectiva y lo ayude a crecer.

Estar abierto a la crítica constructiva es un trampolín para el desarrollo de nuestra inteligencia emocional. Comprender que nuestra perspectiva sobre una situación específica no es la única, y tal vez ni siquiera la más precisa, es la clave de nuestro crecimiento, tanto personal como profesional. En otras palabras, recibir criticas, por duro que sea, siempre es positivo.

No obstante, es comprensible ser reacio a dar nuestro 'feedback'. Como receptor, si la opinion es negativa, puede ser incómodo y causar mucho estrés. Por igual el que proporciona la critica, por más imparcial y constructiva que sea, también puede ser muy difícil ya puede causar sentimientos negativos y crear conflictos innecesarios. No obstante, la realidad es que todos deberíamos recibir criticas constructivas, ya que es uno de las maneras más eficaces para afinar nuestras habilidades, desarrollarnos y asegurar mejores oportunidades profesionales.

Entonces, ¿cómo podemos prepararnos mejor para recibir 'feedback'?

Pregúntale a la persona correcta: Asegúrate de que la persona a quien le pides su opinión sea alguien en quien confíes, admires y/o alguien que tenga más experiencia en el área que tú. Esto asegurará que recibas comentarios constructivos y consejos útiles, incluso si es difícil de escuchar.

Solicítalo: Informále a tu jefe, compañero de trabajo, amigos o colegas que agradeces y aprecias sus comentarios y consejos. Dejales saber cuándo y cómo prefieres recibir esta crítica.

Se agradecido y toma acción: Demuestra tu gratitud actuando. No hay nada más frustrante que continuamente darle consejos a alguien y no ver ningún cambio. Incluso se puede percibir como si las sugerencias no son tomadas en cuenta.
 
Evita estar a la defensiva: Esta es la más difícil. No discutas con los comentarios, o trates de justificar las razones detrás de tus acciones. En cambio, tomate el tiempo para evaluar lo que te están sugiriendo. Escuchar la perspectiva de los demás es un privilegio: nos ayuda a reconocer las expectativas de los demás, aprender a manejar las diferencias con gracia y diseñar estrategias prospectivas. Prepárate para sentirte inseguro y tal vez incluso cohibido, pero no lo tomes "demasiado personal", recuerda que la persona que te esta dando su opinión está tratando de ayudarte a ver las cosas desde un punto de vista diferente.
 
No critiques mientras te están criticando: Muchos de nosotros, aunque pedimos 'feedback', en el momento en que escuchamos algo que no nos gusta, tratamos de encontrar algo negativo sobre la otra persona como un mecanismo de defensa. Recuerda que, en ese momento, la conversación se trata de ti.

¿Cómo dar retroalimentación constructiva y consejos útiles?

Conoce tu audiencia: Esta es una lección de vida que se puede aplicar a todas las situaciones, pero especialmente cuando se trata de decir la verdad a otra persona. Si tiene una relación personal con la persona que recibirá tu critica, utiliza lo que sabe sobre esa persona cuando elabores tu critica. Si sabes que son especialmente inseguros sobre algo, trata de ser sensible con ellos, sin dejar de ser honesto.

No actúes como un sabelotodo: Incluso si alguien ha confiado en ti para que le des tu opinión, eso no necesariamente te convierte en el experto en el tema. Pretender que habrías actuado de manera totalmente diferente o que tienes todas las respuestas correctas, no solo te hace parecer presumido, sino que te desconecta automáticamente de tu receptor. En cambio, trata de construir una conexión con su destinatario y hazle saber que lo entiendes (o que entiendes el razonamiento detrás de sus acciones erradas), esto puede hacer que tus comentarios sean más fuertes y mejor recibidos.

Ponte en el lugar del destinatario: Considera si estas calificado para darle a esta persona críticas constructivas o consejos. ¿Hubieras hecho algo diferente si estuvieras en la misma situación? ¿Has tenido alguna experiencia de la que has aprendido para poder aconsejar a los demás? De lo contrario, solo comparte lo que sabes y sugiere que busque ayuda de una fuente más educada.

No lo hagas sobre ti: A veces es mejor escuchar y aconsejar, en lugar de divergir en una conversación sobre tus propios problemas. Aunque puede ser reconfortante saber que alguien ha pasado por nuestras propias experiencias, si alguien acude a ti en busca de consejo, está claramente preocupado por sus propios problemas y no necesita aventurarse en los tuyos. puedes compartir ejemplos de por qué tienes experiencia en el tema, pero siempre regresa a la raíz de la discusión.

Se compasivo, se amable: Nuestras palabras son poderosas y pueden ayudar o dañar a los demás. Se consciente de tu posición y del impacto que pueda tener en el destinatario de su asesoramiento. Tenga en cuenta que este se encuentra en un lugar vulnerable y que cómo compartas tu opinión puede determinar, no solo las consecuencias de tus comentarios, sino también de su relación en general. Por ejemplo, en un escenario de trabajo, si estas aconsejando a un empleado sobre su desempeño, evita ofender o ser condescendiente con esa persona, ya que es posible que no esté en la posición de refutar o defenderse. En una relación personal, sin importar qué tan cercana sea, si estas aconsejando o criticando a un amigo, no te burles y no lo ridiculices, ya que puede crear una división en la relación, especialmente si el receptor se siente juzgado o inseguro frente a ti.

Acepta y conoce tus límites: No todos los consejos que brindas serán bien recibidos o incluso aplicados. A veces, podríamos estar diciendo verdades a oídos sordos. No obstante, cuando se nos pide un consejo que podamos dar, debemos compartir nuestro conocimiento sin expectativas. Aún más, cuando alguien nos pide su opinión, esto no significa que tenemos que involucrarnos o intentar solucionar sus problemas. Una vez que damos nuestro 'feedback', es responsabilidad del que lo recibe lo que hacen con ese comentario.

Recuerda el dicho, "la retroalimentación es el desayuno de los campeones". Siempre que tengas la oportunidad de solicitar retroalimentación de alguien que respetas, tómala, porque nunca sabes qué lección de vida se encuentra en el otro lado de esa conversación.